El tema este de elevar los impuestos a las sobreganancias mineras tiene su origen en los altos precios que están registrando los metales en el mercado internacional. Esta “alza continua”, y ciertamente prolongada, corresponde a un ciclo en que la demanda está siendo impulsada por los grandes países emergentes (los BRIC’s, en especial China), sin embargo, nada en este mundo nos puede asegurar que dicha demanda siga creciendo en el mediano plazo. Ahora más que nunca existe cierto temor a lo que pueda pasar con China, y es que su economía es – aparentemente – menos solida de lo que se pensaba.
El Perú tiene enormes brechas que saldar, ya que durante los años de “confusión económica” hemos perdido millones de dólares de inversión en varios sectores, y el minero, aunque cueste creerlo, es uno de ellos. Nuestros vecinos han logrado capturar toda esa inversión extranjera, mientras que nosotros la hemos ahuyentado durante los años 70’, 80’ y parte de los 90’. ¿Qué hace? Si bien elevar los impuestos a las sobreganancias mineras no “espanta” a los inversionistas, si puede influir en las decisiones que tomen los empresarios mineros a la hora de invertir, afectando el aceleramiento de las inversiones en este sector del país. Tenemos una oportunidad de oro para captar inversión a raudales.
Nada se puede predecir, no sabemos si los precios de los metales seguirán al alza o si se mantendrán en el largo plazo. No sabemos si los metales seguirán siendo la preciada materia prima o si serán “remplazados” por otros productos creados artificialmente (y si este fuera el caso, el valor de nuestros metales simplemente caería).
A continuación, un debate entre Humberto Campodónico y Pablo Bustamante que sin duda nos aclarará el tema:
El Perú tiene enormes brechas que saldar, ya que durante los años de “confusión económica” hemos perdido millones de dólares de inversión en varios sectores, y el minero, aunque cueste creerlo, es uno de ellos. Nuestros vecinos han logrado capturar toda esa inversión extranjera, mientras que nosotros la hemos ahuyentado durante los años 70’, 80’ y parte de los 90’. ¿Qué hace? Si bien elevar los impuestos a las sobreganancias mineras no “espanta” a los inversionistas, si puede influir en las decisiones que tomen los empresarios mineros a la hora de invertir, afectando el aceleramiento de las inversiones en este sector del país. Tenemos una oportunidad de oro para captar inversión a raudales.
Nada se puede predecir, no sabemos si los precios de los metales seguirán al alza o si se mantendrán en el largo plazo. No sabemos si los metales seguirán siendo la preciada materia prima o si serán “remplazados” por otros productos creados artificialmente (y si este fuera el caso, el valor de nuestros metales simplemente caería).
A continuación, un debate entre Humberto Campodónico y Pablo Bustamante que sin duda nos aclarará el tema:
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