A modo de introducción debo decir
que escribo y escribiré sobre la religión y sus súbditos como si fuese uno de
ellos. Y en parte es cierto, pues en el pasado pertenecí a una congregación
llamada el Movimiento Misionero Mundial. Digamos que desde muy niño hasta bien
entrado los veinte realicé un trabajo etnográfico sobre las costumbres y
creencias dentro de la Iglesia católica y evangélica, a tal punto que mi
proyecto final (para obtener la licenciatura), trata sobre lo mismo.
Sin llegar a ser teórico, es
necesario entender que la generalidad (me encantaría decir la totalidad) de
grupos religiosos en Perú son conservadores. Y con conservador me refiero a que
tanto católicos como evangélicos (que representan a más del 80% de la población,
según datos del INEI), son ariscos a apoyar cualquier iniciativa que vaya en
contra de lo que digan las Santas Escrituras. ¿Y qué dice La Biblia? Sencillo y
simple: que los abortos no deben permitirse, que las personas del mismo sexo
tienen prohibido el acceso al sacramento del matrimonio y cualquier cosa
parecida a la teoría de género atenta a lo designado por Dios por medio de su
palabra. Esto que acabo de afirmar lo podemos encontrar, por ejemplo, en El eterno retorno de Farid Kahhat:
“Cuando partidos de
base evangélica llegan al gobierno, suele ser como socios menores de una
coalición electoral. En esos casos, tienden a hacer concesiones en una serie de
temas –como la política económica –, siempre y cuando sus aliados acepten el
núcleo no negociable de su agenda política –como ya indicamos, la oposición al
aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo y al enfoque de género –.”
(p.148).
La agenda política de los evangélicos, estimado lector, es
la misma que la de los católicos. Es por eso importante entender que no es tan fácil
señalarlos, pues dentro de la organización de Con mis Hijos no de Metas, no
solo está presente el Movimiento Misionero Mundial o la Alianza Cristiana y
Misionera (los dos grupos evangélicos más importantes del Perú), sino también los
católicos e incluso los agnósticos. ¿Cómo le explico a usted que no es difícil encontrar
a laicos y ateos dentro de la Marcha por la Vida? La respuesta está en la tradición conservadora que hemos
heredado, y las tradiciones o se entierran o se refuerzan, he ahí la cuestión.
COMO CREYENTE DE SAN MARTIN DE PORRES DE LA IGECIA DE HUANDOY DELOS OLIVOS LIMA PERU Y DIRECTOR DE LA HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE HUANDOY AV NARANJAL CUADRA 15 YPERTENESCO A LAS RONDAS DE LA COMISARIA DE LAURA CALLER ME UNO A TUS PRINCIPIOS MORALES GRACIAS TF 984181847
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