Al contrario de lo que muchos dicen y quisieran decir, la “victoria” de Susana Villarán tiene pocos días, ya que ni siquiera el conteo al 90% de las actas daba un resultado contundente. Y es que el berrinche de Fuerza Social recién se calmó cuando la propia Lourdes Flores reconoció –hace aproximadamente una semana – que Villarán había ganado las elecciones.
Es muy pronto para hablar de un “resurgimiento” de la izquierda en el Perú, más aún cuando se sabe que “lo mejorcito” de Fuerza Social son los moderados: Susana Villarán (supuesta moderada), Nano Guerra García y Eduardo Zegarra. Sólo basta que uno de ellos, en especial Susy, dé un paso en falso a la izquierda para que los limeños le quiten el apoyo. Aquí los verdaderos “izquierdistas” –como Nilver López – no pesan nada. Al contrario, la figura más resaltante después de Susana es Nano Guerra García, el asesor de los microempresarios, el capo de los negocios en el Perú, alguien que difícilmente podría catalogarse de “izquierda”. Entonces, ¿Por qué se ilusionan tanto los seguidores del socialismo más prehistórico? Aún es muy pronto…
Alguien dijo por ahí que en América Latina se hace campaña por la izquierda y se gobierna por la derecha. Eso es totalmente cierto, los políticos se están malacostumbrando dando discursos de corte socialista para que al final el modelo económico y político siga igual, pese a ser lo más criticado por la vieja doctrina de Marx. ¿Esto es la evolución del socialismo? Yo lo llamaría: “La adaptación de la izquierda, la lucha al borde de la extinción”. Saquen sus conclusiones, en los últimos años son los socialistas quienes se han visto obligados al cambio, como pasa en Brasil, Rusia, China, España y pasó en Chile con “la concertación”.
Deja mucho que desear este tipo de victoria que sin duda alguna dejan un sabor amargo a la mayoría en Lima. Digo la mayoría porque si sumamos los votos de Unidad Nacional, Restauración Nacional y Somos Perú tenemos más del 50% de los votos. Esto sin tomar en cuenta que Susana ganó las elecciones por sólo un punto porcentual, es decir, 36 mil votos. El resultado es que no existe representatividad, no existe identificación con el alcalde y eso podría exacerbar a la población limeña. Urge un nuevo sistema para las ciudades que cuenten con más de un millón de votantes o, en su defecto, para implantar un mecanismo de segunda vuelta cuando no haya una diferencia mayor al 5% en los resultados finales entre el primer y segundo candidato más votados.
Finalmente, esta “suerte” que tuvo Fuerza Social (si, es pura suerte, porque de no haber salido Kouri, hoy Lourdes seria la ganadora) se convierte en una oportunidad de oro para crear una “izquierda social demócrata”. Aunque claro, ellos no la tienen fácil, ya que su predecesor – Luis Castañeda –es nada menos que el mejor alcalde de los últimos 20 años. Superar esa valla parece bastante difícil a menos que se continúe con “las megaobras” que realizó Lucho en sus dos gestiones. Justo ahora estaba leyendo que Susana está retomando la posibilidad de construir “el metro”, ¿Por qué será? Porque simplemente el discurso demagogo no funciona en una ciudad acostumbrada a “las obras” como lo es Lima Metropolitana. No hay duda, la sombra de Castañeda acechará a la nueva alcaldesa, así que no se sorprendan si Susana sale con el cuento de que hubo corrupción y demás en la gestión anterior, esa será su principal arma, aunque dudo mucho que le funcione para todo el periodo.
Es muy pronto para hablar de un “resurgimiento” de la izquierda en el Perú, más aún cuando se sabe que “lo mejorcito” de Fuerza Social son los moderados: Susana Villarán (supuesta moderada), Nano Guerra García y Eduardo Zegarra. Sólo basta que uno de ellos, en especial Susy, dé un paso en falso a la izquierda para que los limeños le quiten el apoyo. Aquí los verdaderos “izquierdistas” –como Nilver López – no pesan nada. Al contrario, la figura más resaltante después de Susana es Nano Guerra García, el asesor de los microempresarios, el capo de los negocios en el Perú, alguien que difícilmente podría catalogarse de “izquierda”. Entonces, ¿Por qué se ilusionan tanto los seguidores del socialismo más prehistórico? Aún es muy pronto…
Alguien dijo por ahí que en América Latina se hace campaña por la izquierda y se gobierna por la derecha. Eso es totalmente cierto, los políticos se están malacostumbrando dando discursos de corte socialista para que al final el modelo económico y político siga igual, pese a ser lo más criticado por la vieja doctrina de Marx. ¿Esto es la evolución del socialismo? Yo lo llamaría: “La adaptación de la izquierda, la lucha al borde de la extinción”. Saquen sus conclusiones, en los últimos años son los socialistas quienes se han visto obligados al cambio, como pasa en Brasil, Rusia, China, España y pasó en Chile con “la concertación”.
Deja mucho que desear este tipo de victoria que sin duda alguna dejan un sabor amargo a la mayoría en Lima. Digo la mayoría porque si sumamos los votos de Unidad Nacional, Restauración Nacional y Somos Perú tenemos más del 50% de los votos. Esto sin tomar en cuenta que Susana ganó las elecciones por sólo un punto porcentual, es decir, 36 mil votos. El resultado es que no existe representatividad, no existe identificación con el alcalde y eso podría exacerbar a la población limeña. Urge un nuevo sistema para las ciudades que cuenten con más de un millón de votantes o, en su defecto, para implantar un mecanismo de segunda vuelta cuando no haya una diferencia mayor al 5% en los resultados finales entre el primer y segundo candidato más votados.
Finalmente, esta “suerte” que tuvo Fuerza Social (si, es pura suerte, porque de no haber salido Kouri, hoy Lourdes seria la ganadora) se convierte en una oportunidad de oro para crear una “izquierda social demócrata”. Aunque claro, ellos no la tienen fácil, ya que su predecesor – Luis Castañeda –es nada menos que el mejor alcalde de los últimos 20 años. Superar esa valla parece bastante difícil a menos que se continúe con “las megaobras” que realizó Lucho en sus dos gestiones. Justo ahora estaba leyendo que Susana está retomando la posibilidad de construir “el metro”, ¿Por qué será? Porque simplemente el discurso demagogo no funciona en una ciudad acostumbrada a “las obras” como lo es Lima Metropolitana. No hay duda, la sombra de Castañeda acechará a la nueva alcaldesa, así que no se sorprendan si Susana sale con el cuento de que hubo corrupción y demás en la gestión anterior, esa será su principal arma, aunque dudo mucho que le funcione para todo el periodo.
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